Anciano.

La soledad no encuentra en mi ventana
cerrojo ni postigo. Si un cartero
no entrega nada a boli se desgana,
busca en el puño ajeno algún jilguero.

Saben que "milagroso" sale rana,
ya nada es para siempre piensa el clero,
no resucito en tu mirada arcana
ni sello inevitable este te quiero.

Cuando el desierto es cena y desayuno
no suena tan extraña la blasfemia:
"del mundo y de la gente me vacuno".

Hace ya demasiado que afortuno
la soledad más pura y más bohemia,
que irónica resulta esta pandemia.