Epístola a los ausentés.
Ayer toqué a su puerta y nadie respondió,solo una brisa helada salió de las ventanas mudas,me parecieron dos ojos llorosos que habían llorado a cántaros.
Las huellas de sus pisadas como marcas añejas vi marcadas en el patio donde tantas veces reímos y conversamos de la vida y sus quehaceres.
Los árboles frondosos huérfanos de las hamacas que amarradas a sus troncos se mecian,parecían gigantes encorvados como si un cataclismo se hubiera posado en sus hombros,los pájaros enmudecidos me miraban espectantes,solo una cigarra tocaba su requiem lastimero.
El tiempo se detuvo un instante en mi mente y divise sus caras,su risa,su brindis bohemio y la carcajadas irreverente que salía de sus gargantas profanas,pero solo fue un espejismo,un ensoñar profundamente entristecido y doloroso.
Ya no están,me dijo una voz en mis adentros,se fueron, quizás me los encuentre al doblar la esquina y me dirán que solo fue un instante que salieron a dar una vuelta.
Comentarios & Opiniones
Caballero, un gusto la lectura de vuestrso textos, como tomadas de una página de un libro.
Reciba cordiales saludos.
Lexur siempre es un placer disfrutar esa facilidad narrativa que tienes, interesante historia nos compartes hoy, un abrazo, feliz noche hasta Venezuela estimado amigo.
Hogar vacío que evoca recuerdos felices,mientras la ausencia, se siente como un doloros espejismo.
Y de ese va este juego,
unos viene y otros van,
lo importante es el viaje,
el final forma parte de él.
C'est la vie.
Salud.
Gracias a todos apreciados amigos y exelentes portas y poetisas, fuerte abrazo desde la distancia.
Mis sincera admiración a letras tan profundas que insertan sucesos tan meticulosamente ,imposibles de no apreciar. Muy buenas obra.
Éxitos siempre.