Llegaste y te esfumaste
poema de Yoko
Estaba en mi lecho y hacía algo de frío,
llegaste de repente y te acostaste al lado mío.
Tomaste mis sábanas y te acurrucaste sin aviso,
deslicé el índice por tu brazo y tu espalda con suavidad
fue un instante que hubiera disfrutado por la eternidad
y desperté sólo para comprobar que no estabas en verdad.
Comentarios & Opiniones
Soledad y sueños, dos grandes fuentes inspiradoras. Cuando un sueños hermoso acaba, siempre nos sentimos algo huérfanos por no seguir participando en él.
Comenta & Vota