Copa y vino

Mi corazón era una copa vacía,
ahora la he llenado de ti,
no quiero dejar de vivir ni un solo momento,
ni dejar de saborear ni un instante tus besos
y la forma en que me acaricias.
Sólo una cosa te pido,
no te escapes de mí
déjate querer,
no seré Don Juan,
ni Romeo,
seré copa cristalina para que puedas ver en mi interior
y descubrirás que ya estás tú,
he bebido poco de ti este mes,
seguiré bebiendo así de ti hasta que me embriague.
Seamos la copa y el vino,
la copa sola sólo es copa,
el vino sin saborearse no tiene sentido,
pero una vez juntos, adoptando la misma forma
nunca dan ganas de que se termine.

Del libro: Eternas inquietudes.