Frases B

poema de Zadomen

Tranquila, tú eres la dueña de mis sueños y de mi amor, y lo serás por siempre.

Gracias por existir y por hacerme feliz.

El amor es increíble, nos permite y nos invita a sufrir dentro de un marco de felicidad.

Me veo reflejado en lo que puedes sentir.

Frialdad siento en tu cuerpo, frialdad en tu corazón y aunque te tengo en mi pecho,
no siento que das amor.

Hay pruebas que derrumban castillos de amor que se basaban en el contacto físico.

Hemos vivido periodos difíciles, muy difíciles,
y el amor siempre venció.

No cambies nunca, quiero que sigas siendo la que yo conocí y de la cual me enamoré.

La noche es demasiado larga porque tú no estás, y la vida es demasiado corta para poder vivir
todo lo que te amo.

Cada día vendrá a mi tu imagen, para seguir viviendo este increíble amor que es ya
más grande que nosotros mismos.

Las huellas de tus ojos y tus labios están en todas partes, tu recuerdo es el alimento que conservo para sostener el alma.

Siguen gustándote mis poemas, parece que mi perfume se quedó en tu habitación y yo me llevé el tuyo para tener una inspiración eterna.

Todavía no he agotado nada del amor que me has hecho nacer.

Puedo estar amándote siglos, si precisamente tengo la impresión que llevaba siglos esperándote.

Si tú vives para mí, yo viviré para ti.

Tú eres mi gran amor, mi amor inolvidable.

La distancia es tan pequeña que casi puedo tocarte, acariciarte, tenerte entre mis brazos.

Sé que sueñas conmigo porque a mí también me pasa.

Si me piensas o me sueñas aunque sea una noche, quiere decir que no me has olvidado.

Cuando sueñes conmigo, es casi seguro que yo,
ya te soñé.

Hagámoslo por los dos, por el amor, por la pureza, por la entrega, por los años vividos, por creer que siempre fue verdad y por ser, especial y divino.

Trata de convertir la tristeza en amor, tú tienes los recuerdos presentes, me ves por cada lugar que pasas, yo en cambio tengo que imaginarme que estuviste aquí.

Hemos disfrutado de tanta pasión que aún siento, que tus labios me queman.

Todavía suspiras sin que te toque, todavía brillan tus ojos sin que me veas, todavía sudan tus manos cuando me esperas.

Prefiero callar y que el silencio delate
mi dolor y mi pena.

Quién mejor que yo para saber lo difícil que es la espera, pero quién mejor que yo para saber también, que todo es posible

Tus ojos son la energía que me mueve
para ser mejor.

Desde la distancia mis noches son menos frías, porque existes tú.

Siempre el futuro será mejor, ámame, quiéreme, entrégate sin condiciones, que yo vivo para ti.

Creo que me estoy acostumbrando a la soledad.

Zadomen