Miento que no siento
Ya no tengo sentimientos
ya no siento nada
por más que intentes
darme cachetadas.
Ni una lágrima brota
ni una queja, nada
lo sensible ha muerto
me da igual si te enfadas.
Tu sombra me persigue
me atosiga y me presiona
tus celos me comprimen
me asusta tu persona.
Una hojilla me consuela
en mi muslo, cómo daga
y una voz que me aconseja
¡hijo mío! ¡no lo hagas!
Un perro desde un cerro
me aúlla y me consagra
me soba y me acaricia
tu injusta cachetada.
Nadie entiende mi sendero
nadie fija su mirada
¡Ay mi perro, yo te quiero!
¡Ay mi perro, quién me ampara!
Oye perro tu ojo tuerto
mira más que dos miradas
aunque estés un poco muerto
vives más que miles almas.
Soy valiente y tengo miedo
tengo miedo y soy valiente
no te apartes de mi ruedo
perro viejo, mi aliciente...
Puntos de sangre contiguos
en el corte se me marcan
junto a otro más antiguo
paralelo se me calcan.
Por fin un poco de calma
aunque quede un poco tísico
prefiero un dolor físico
que mil heridas en el alma.
¡Buenas noches perro!