poema a la demencia

como una evocación a los espíritus taciturnos
que en destellos de ingenio, maravilla y excitación
atrapada en una vorágine de meditación y una especie alquímica entre locura y lucidez
mi pobre; pobre mente naufraga en tormentosas y salvajes pruebas de delirio y poca fe
como los dantescos acordes del violín de Tartini. interpretado por la serpiente del árbol de la vida
o como las botas de Pizarro aplastando el pecho altivo del inca
o como las ratas infestando de peste bubonica la Francia media.
así son mis palabras. como las pinturas de Van gogh dibujando el horizonte para no perderlo de vista
o los párrafos de Virgina Wolf tratando de no sucumbir a la miseria
y en famélicas visiones descansar la demente tarea de permanecer cuerdo
y la suicida empresa de seguir vivo.