Femicidio inducido.

poema de Ludovico

Toda pareja tiene sus peleas, sus discusiones, sus puntos de quiebre. Sobre todo cuando ya han pasado más de una década juntos y la rutina comienza a consumir la relación.
Las cosas tomaron un giro drástico en la trama. Una vida ordinaria puede cambiar de un momento a otro.
Nunca pensé que ella fuera capas de hacer tal cosa.
Todo un pueblo consternado con lo sucedido una calurosa noche de diciembre.
Las cosas nunca hiban a ser igual entre ellos. Lo sucedido escapa a la comprensión humana.
Él un alcohólico empedernido...
Ella una indefensa dama, dulce, frágil, incapaz de matar una mosca.
La situación se dió en la cocina.
El llegaba borracho de su trabajo como era habitual todas las noches .
Ella lo esperaba con la cena preparada como un gesto de fidelidad.
Una palabra se cruza con otra, sentimientos encontrados, recuerdos dolorosos...
Se desencadena la furia y se habré el telón!
Ella toma un cuchillo y amenaza a su esposo con matarlo.
El se ríe descaradamente y toma la frágil mano de su esposa. Lleva el cuchillo a su garganta y pide que lo mate.
Ella titubea y rompe en llanto.
Su debilidad se transforma en valentía. Toma el cuchillo nuevamente y lo apoya sobre su abdomen.
Las cosas cambiaron de perspectiva para él.
- Que crees qu haces?
- Si no te importa tu vida! entonces no te importara que mate a tu hijo!
Los ojos de él parecieron saltarse de las órbitas al ver aquella escena.
Su mujer embarazada, amenazando matar al hijo que lleva en su vientre.
Un balde agua helada cayó sobre su semblante. La borrachera se esfumó repentinamente.
- Espera...
Pero ya era demasiado tarde...
Ella enterró el cuchillo en su vientre Como un samurai prácticando el harakiri.
Un río de sangre tiñó el suelo.
La cena aún seguía caliente en la mesa.
Se sentó en la silla y probó un bocado... hiba a extrañar las comidas que su esposa le preparaba.
Nunca se termina de conocer a las personas. Nunca se tiene que subestimar a nadie. Nunca se debe tirar demasiado de la cuerda.
Uno está preparado para morir pero no para ver morir al otro.
El débil se transforma en fuerte en cualquier momento.
La locura se manifiesta en todas las criaturas del señor.