Autorretrato

poema de Bell

Soy una muñeca rota cosida con hilos rojos.
Mi cabello es castaño,
ojos marrones brillosos al plantear lo que siento,
delgada de cachetes y altas piernas.

Fanática del arte,
Con oído para la música,
amiga de la sinceridad,
enemiga de la falsedad.

Mi alma se regocija
recordando lo que he vivido,
sin embargo mi corazón extraña sus latidos.

Soy piedra y agua a la vez,
explotó y me derrito sin saber por qué.

Con los ojos del corazón
pretendo descubrir quién soy.

Como la piel del camaleón,
uso mil máscaras,
me obligan convertirme en una
deseada perfección.

Camino por las calles
mirando hacia el cielo,
me preguntó dónde están los colores
de las nubes,
¿Dónde se ha ido el Sol?
¿Cambiaré hoy?
¿Quién soy?

Deseo un abrazo que curé
las heridas de mi corazón.

Un abrazó sincero y cálido
que me llenó de amor.

Anhelo que vuelva mi empatía,
antes de volverme más fría.

Quiero volver a sentir,
quiero volver a sonreír,
y antes de las higanbanas
me guíen al Samsara,
quiero ser feliz.