Carta a él

Las montañas, lo verde,
lo celeste y los ríos
no pueden ayudarme
con el vacío que he sentido.

Guié mi camino a tu alrededor
y ahora que no estarás
no sé si ponerme a reír o llorar;
reír por la libertad ganada,
llorar por la historia destrozada.

Al final me di cuenta
que de ti enamorada no estaba...
Fue más el enamoramiento,
hacia el joven que yo inventaba.

Sí, lo basé en ti.
Tus mismos ojos y mismos besos.
Junto con tu mismo desprecio.
¡Oh, corazón mío!
Duele tanto el haberte tenido.

Tres veces te dije adiós,
la cuarta será la definitiva.
No me mires con arrogancia,
no me mires como si quisieras
que fuera tu amada.

Tengo duda si te extrañaré,
supongo que el tiempo con claridad me hará ver.
Tengo miedo de volverte a encontrar
¿Qué haré con esta pobre mujer?

Lejos de ti, estoy mejor.
Tus desprecios no soportaré de nuevo...
Y tus caricias, fueron gloria
Esas que nunca se borran...
Impregnadas en mis costillas
como cicatrices venenosas.