SONETO 1
poema de GABRIEL DEMONET
I
Amor, la espesura de tu selva es infinita.
Yo triunfante me elevo a tus montañas frágiles;
y en su copa arde el fuego del volcán encendido
que derrite la nieve y moja tu cabello.
Los árboles de cedro ceden su mejor sombra,
la luz del sol ardiente no te cubre porque eres:
la inmensidad en esta selva infinita ¡Reina!
de los fragantes búcaros: incluso los de mis flores.
Los racimos de plata deshojados la tarde,
con la luna en tus manos cayeron en la tierra
y en tu alma ¡la mía! valió solo un pétalo.
Inmensurable mujer los sólidos raudales,
con sus pétalos duros te acompañan la noche,
y en soledad, tú duermes y poco a poco te alejas.
Comentarios & Opiniones
Saludos cordiales. Un placer leer su obra.
Gracias estimado amigo poeta