No reclamaras

Del campo arrastras lo casaron
a su casa, acercarse, no le dejaron
a sus hijos no vería jamás
a su esposa ni adiós dirá.

Envidias no entendidas jamás
por la familia, por los amigos de verdad
no se entiende que le querían
a un labrador robar.

Si sus nueve hijos, ni para comer pan
y uno de camino al que no conocerá jamás.

En una jaula encerrado
sumarísimo le harán
no entendió el motivo
ni lo supo averiguar.

La familia lo supo
cuando enterrado ya está
por un conocido al que pena le dará.

No reclames, no preguntes
no te extrañes, calla la boca y ya...
que si la abres, quizás tus hijos te quitaran.

Àngels Almazán
07/04/2016