Los gatos

poema de Angela

Son silenciosos, apenas y puedes sentir su presencia. Cuando percibes el ronroneo parece que están rezando, aunque no lo creo; si ellos mismos creen ser su propio Dios. Fue entonces cuando decidí que si en algún momento pudiese ser un animal, sería un gato. Imaginé tener la ternura y la maldad combinada en el mismo cuerpo, la elegancia y la sutilidad haciendo de las suyas para conseguir domar a los demás, porque cuando tienes un gato, sientes que no lo tienes, sino que el te tiene a ti.
Es mentira pensar que los gatos son ingratos y desinteresados, si fuese así, no sentirías que tu eres de su propiedad. También es errado pensar que son menos inteligentes que los perros, lo que pasa es que son menos dóciles, sí piensan que son torpes: muchos gatos tropezarían con la gente, pero no es así, nosotros sí tropezamos con los gatos. No hay que subestimarlos...