A UN RECUERDO DE DISTANCIA

En este banco frío, rodeada de silencios, observo,
la brisa que se desliza, la gente que pasa,
la hierba seca, congelada al llegar la noche,
y pienso, ¿qué será de ti?
En esta tarde de invierno, vuelvo a preguntar,
¿Qué será de ti?

Tonta soy, que con todo lo que tengo al alcance,
mi mente sigue aferrada a tu vida.
Quizás estés a unas calles de mi vista,
o a océanos de distancia, en algún rincón del destino.
Pero quién sabe…

Quizás, al verte, ni te reconozca,
pero en mi mente aún vaga la imagen del muchacho
con el que una vez coincidí,
y que hoy es solo eco, solo recuerdo.

Sentada en este banco, reflexioné,
por qué tu recuerdo no me suelta.
Y entendí que fui yo la que nunca quiso dejarte ir,
porque eres un pedazo de un pasado feliz
que me guió a caminar hacia un futuro claro.
Gracias a los enojos y melancolías
que dieron voz a un alma errante,
que hoy sabe el camino a seguir.

Y allí, en ese recuerdo, me pregunto,
¿Qué será de aquel muchacho de guitarras?
Quizás hoy me cruce con él,
y ya no recuerde más.