A MAMÁ

A la mujer valiente
La crearon de corta estatura, de piel trigueña y manos suaves.

A la mujer valiente le dieron los dones del amor, paciencia y lealtad y un corazón de acero, pero lleno de nobleza, con una armadura de hierro que con los años solo tiene rasguños, pero tiene lo más valioso historia.

A la mujer valiente le ruedan lágrimas de suplicio
Por soldados que le han tratado de romper su armadura con sus actos sin conciencia, sin alma, sin vida.

Hoy somos soldados que se arrodillan ante un dolor que era furtivo, pero que hoy se muestra ante el mundo,
hoy deseamos que lágrimas que un día rodaron por un rostro valiente su pena queden en manos de estas esculturas partidas y que no tienen alma, pues ya murió.

Mujer valiente ya es hora que bajes tu armadura,
ya es hora de ver el sol con otros ojos,
vive que el tiempo es ligero y deja reír tu alma
Que tus manos las bañe el roció de madrugada, tu pelo lo bese el viento y tu mano camine con el amor.

Mujer valiente si pudiera regalarte mi tiempo te lo daba puro y a cambio llevar tu guerra.
Porque hoy tu armadura pasa y la cargo yo
porque es hora de ser valiente pero feliz, mirando la luna y viviendo tu ser con vida eterna