Jane Austen.

¡Pobre corazón que cruel daño sufrió!
No fue culpa suya desear lo que no podía ser suyo.
Fue culpa de los ojos.
Fueron ellos los que se fijaron en aquella criatura.
Tan brillante y atrapante.
No era una historia de romance y abandono, no.
Era una historia de amor, apasionado y cegado.
Qué culpa tiene uno de perderse en esa mirada bandida, que enamora a quien le mira.
Que culpa tiene ese corazón, que por seguir a esos luceros en la niebla se quedó.
Quizás esa era su condena por creer que algo tan prohibido e irreal podía ser su historia final.
Alma ilusionada, tus ojos al verlo brillaban.
Es una lástima que esas manos no puedan acariciar tu cara como acarician la de ella.
Es una lástima que quedaras vacía, aun sabiendo que alguien más te quería.
Ahora vives de memorias
Y tu pelo blanco cuenta esa historia.

Comentarios & Opiniones

Lorena Rioseco Palacios

Felicitaciones, bien plasmados sentimientos que me identifican querida compatriota, un fraternal abrazo y todas las estrellas!!

Critica: