La huella...

Con mis ojos muy abiertos,
frente al papel vetusto
de un fabuloso relato
de hadas y ángeles dorados...
de peregrinos y oscuros secretos...
de asesinos y valientes guerreros...
de detectives e increíbles crímenes...
voy... voy viajando,
caminando por las huellas
de letras cinceladas
en el espacio indeleble
de millones de mentes universales...
Voy... voy recorriendo con embeleso,
entre suspiro y llanto,
entre expectación y espanto...

Acaricio la piel de las palabras,
me sumerjo en su hechizo,
bebo cada letra,
saboreo cada oración,
vivo cada párrafo.
Soy testigo de hechos extraordinarios
y cómplice de maravillas impensadas.
Camino junto a gigantes,
vuelo con seres mágicos,
hablo a minotauros,
me río de los sátiros...

Se apaga mi mundo
en el mismísimo segundo
en que mis ojos conectan
con la sempiterna belleza
de unas lineas bien pensadas
y una imaginación desaforada,
en apariencia, sin límites.