La mirada de Paula

Entre las calles de un mundo apagado
se refugia en su estela una triste mirada.
Y si te acercas a ella y sigues sus pisadas
te dirá que Paula se llama.

Ella desea con todo el corazón
volar en libertad como lo hacen las aves.
Con su cuerpo lo desea, es su esperanza,
mientras deja atrás marchitarse las calles.

Los ojos de Paula transmiten mucho amor,
de ese por el que un poeta haría una canción.

No la dejes que se pierda,
pues sin amor se desespera,
entre otras flores cayó del cielo,
y no sabe pedir que necesita atención.

Paula es arisca al no haber estudiado
su cuerpo, su alma y no cree ser un ángel.
Cuando veas que otra vez se ha enturbiado
bésala hasta callarla, pues ese es su aire.
Sobran palabras, para eso está el viento,
Paula solo necesita buenos momentos.

Y aunque le cueste mucho reconocer
que necesita que la traten muy bien:

Tu, tan solo quédate cerca,
ella siempre está atenta
esperando que le digan al oído
"Lo estás haciendo bien, estoy contigo".

Paula teme ante todo volver a caer
en la espiral del mundo bajo sus pies.
Necesita que la entiendan,
que si no la acarician enferma.
Que la lleves siempre contigo
a lugares extraños y que nunca haya visto.

A Paula hay que quererla
solo como Paula quiera.
Y si enseña los dientes
regálale flores,
desnuda su alma sincera
rompiendo su cristal.

Paula quiere que le hagan letras,
pues no sabe cuanto vale
su mirada sincera y sus bellos andares.
Paula solo quiere caricias
que no pidan nada detrás.

Para Paula,
de quien te observa en su jaula,
de quien entiende tu infierno.