Cuando mi alma escapó contigo

Si alguna vez alguien hubiera dicho que esto sucedería,
tal vez habría pensado que se trataba del más cruel de los sueños.

Eras tan real como la vida misma,
como el fresco del pasto bajo mis pies descalzos en verano,
como suave brisa acariciando mi rostro en primavera,
como el frio viento quebrando mis resecos labios.

Y hoy este sofocante dolor de no tenerte,
tortura mi alma y la desgarra,
como cristal quebrándose en mil pedazos al caer,
estremeciendo al incauto silencio en la seguridad de la noche,

Aun puedo sentir el filo de tus palabras,
cortando mis venas, ahogando mi garganta
asesinando mis sueños, incinerando mis ansias,
llevándose muy lejos, sin piedad mis esperanzas.

Todavía no despierto de ese fatídico día,
esa tarde se ha convertido en mi prisión, mi tormento.
Tu recuerdo es mi verdugo, mi castigo es tu osadía
de llevarte como el viento, mi castillo en un momento,
y mi vida...de un soplido.

Amo tanto la alegría de la vida,
pero sin tu risa, me rodea un mundo en blanco y negro,
donde lo asombroso ha perdido su sorpresa
y lo maravilloso su magia, día tras día...

Dime por favor que más deseas llevarte,
pues ya nada me hace falta, puedes tomarlo todo.
Dulce ironía del amor cuando te eleva
te dota de capa y espada ante el mundo,
y de buenas a primeras terminas siendo el triste bufón del cuento.

Dicen que todos los finales son felices,
pues debo suponer que aun no ha llegado el mio...
dime tú, cuando vuelves con mi alma...
que mi cuerpo ha comenzado a extrañarla.