Me sumerjo en las fosas de tus ojos,
ahogado de gozo en este ensueño:
hay un cuerpo de plata ya sin cerrojos
mas de rostro esquivo y sin dueño.

En su piel se refleja inmenso el ponto
cual vestido que ondea al incierto;
un capricho que así muda de pronto
ya que es nada más que nada cierto.

Y ahondo en sus formas; veo corales,
un antiguo naufragio, antes pasión,
que ocultan las sombras abismales.

Y en la sima ulterior de esta visión,
veo el rostro que, al fin, nos dice iguales:
en ti, soy una presa en reflexión