¡Alégrate jovencito!

Caminando vi en la calle
a un niño en una pared,
¿te pasa algo?, pregunté,
él, me dijo con voz suave:
"no hay cosas para alegrarse".
"¿En serio no hallas motivos?,
tú, naciste completito
y tus padres aquí están,
así que por eso y más
¡alégrate jovencito!

Tú, me estás escuchando ahora
por tener oídos sanos
no tengo que hablar con manos,
tú, me puedes decir la hora
por tu reloj y tu boca.
Por poder escuchar dichos,
leyendas o incluso mitos,
ganar algo con esfuerzo,
y por el calor de un beso
¡alégrate jovencito!

Si sientes por la mañana
como te pega el calor,
como a tus ojos, el sol,
les insiste en que ya se abran
pues otro día les regala.
Y, tú, todo eso has vivido
así que ahora yo te digo:
deja de ser pesimista,
mira feliz hacia arriba
¡y da gracias jovencito!"