Nevada...

Nevada…

Nevada en ti, del alba, pues, nevada,
tu sombra en la bermeja ruiseñora
de sombras pues fantásticas, y alada,
espero en ti mi bruma, abrasadora…
Nevada en ti, tus muslos, y en la nieve
provoca tu suspiro engalanado,
de risas y de ósculo que llueve,
para prender el ala, enamorado…

Nevado pues, tu rostro en boca aleve
suspiro de tu sombra, que se atreve,
a distinguir las sombras, manialado,
en boca de tu rostro, que conmueve…
Nevados son tus pechos, seno leve,
de sombras en tu risa rosa prado,
de labios que congracian, pues, lo breve
y el mundo de tus ojos, besos lleve…

Nevada, pues, tu rosa, la mañana,
de tu cuerpo, en sonrisa, sombra mía:
rosada pues de ángel, regalía
que tu brisa y tu espalda, mejorana
en el alba y sendero, tu respuesta,
besa sombras de Circes, Citereas,
que tu goce, deleite es de tu testa
para abrir Oro, en puertas aéreas…

Comanda de tus pies la simetría,
que tus bucles, heraldos, con lascivia
en el beso a tu palio, recurría,
doncellez de tus piernas, atavía…
Roja rosa, de pétalos amados
en tu sombra, regazo y amorío,
puebla el beso rosas, enramados,
confines de tus labios, en los míos…

Arte rosicler, risa de crepúsculo
bello ademán, la siembra de mi ruego,
por causa de la noche, estima el fuego
de tus labios, dar sello de mi ósculo…
Prever la risa atada a tu desnudo,
es arte bello, ante la demanda:
de labios en tus pechos, en que anudo,
las llamas de tu rosa, que comanda…

Pretérito de labios sonrosados:
futuro de tus pechos, endiablados…