Mirada en torno a la ceguera
Mirada en torno a la ceguera
Claudica mundo
este privado ángel de soledad cabría, despierta noche
sin estrellas
cavilando lo marmóreo a la inútil fortaleza,
los ojos que no duermen, ante la belleza,
-las aves, siguen cantando, de todas formas-
ante recatados lirios, navajas de dolor trinchan la noche en universos infinitos
la huella de mi albor es oscura aunque amanece
siempre amanece, tras el desvelo en sombra que desmedra vacuidades celestes
y une la palabra
huida de clemencia,
ante la bajeza que confiere mi solo encierro,
mi propia culpa
mi sólo médano de ardor
tras el océano.
Inútil es nadar
inútil el camino
cuando se pierde la pobreza del amor,
ó se retiene el canto ante la luna,
mi sola estrella feroz, es un látigo de noche,
un solo aliento feroz tras el aliento,
el que sólo podría enmudecer mi ruina,
el que sólo podría vestir de claridad
y no se asemeja a la locura…
tras el oceánico pudor sedimentado de la ausencia de pudor
y de vergüenza,
ya sólo el lirio amenazado tras la siembra,
tras la mudez firme de una lluvia que es tormenta y que es ángel mudo
que no viene para mí,
que no alimenta
este mundo
con la claridad
de la belleza
que desnuda el amor.
Tan sólo la fruta, el roce vacuo, inerte de una fobia que es austera y golondrina,
pero no vuela un ápice de sombra, no amortaja este delirio
no condena
no es otra cosa que música hilvanando la marëa de voces desvalidas de amor propio
tan solo el ébano, el latir desenfrenado de un ósculo que abreva en un suspiro
cada amanecer
la misma sombra
la misma inercia
la misma soledad
que no florece
la anticuada forma de llamar
el presente
antes de caer la noche
y en desvelo
tras el silencio ó no de un solo ruido
albor que no promete aquél latido de humanidad, y por consiguiente
su hermosura,
la amistad vencida
entre dos
leones oscuros,
rivales eternos,
de la sombra y el albo resplandor de lo secreto,
un parpadeo de mediodía en el aliento
feroz, que desvanece las quijadas,
y sólo puebla de polvo
el polvo que desvanece aquel sudor frío
de cálida estrechura anonadada,
y sólo es gema,
tardía,
ya anegada…