A merced del alba

Poesía en homenaje a los 400 años conmemorativo de la muerte de Will Shakespeare

A merced del alba… (1)

A merced del alba, mi pluma se ha batido
por mitos escénicos, y juglares de la brisa;
mi osco sonreír, y mi pluma, no han sentido
toda oscuridad, y sombra que ironiza…
La noche de mis teas, se vuelve frágil cosa,
adarme en cuyo celo, embiste la palabra:
mi Ciego arte me enseña, a pulir mi rosa:
efebo donde hay trance, de luces en la Obra…

Mi suerte se proclama, y entera no te sueña
adalid de la penuria, donde el manto se renueva,
bestial constelación, del alba que me lleva
sentado en la efusión, de un sueño que se adueña…
Entero, voy adentro, profundo, hasta lo hondo
y nunca piso fondo, lo oscuro no lo merma,
mis alas son de hierba, de frágiles, respondo:
hundido entre las Musas, de albas mientras duerma…

Mis rotas alas ciñen, banderas de belleza
y enlutan lo insolente, el tamo de lo absurdo:
la bestia pusilánime, habla si soy sordo
la risa en lo excelente, aclara mi destreza…
regreso al sueño laudo, al torvo anfiteatro:
mi espejo me declara, errores circunspectos,
lascivia ponderada, azúcar que idolatro
el oro de mi pluma, arguye sus defectos…

2

Mi arte se apodera, del blando, sempiterno
bagaje de las olas, eterno en mi dialecto
donde se pone alas el verbo que es infecto
de toda conmoción, ardid de sueño eterno…
De toda la poesía, me roba la amargura,
de no caber mi pluma, incierta en el decoro
que todo el arte enseña, justicia de mi oro,
donde depone el ala, la brisa que inaugura…

Mi prisa es acechanza, del verbo que no aflora
tedioso en algún cetro, enmienda toda hora,
donde privarte enseña, los versos que decora
espurios si no inspiran, las albas de la aurora…
Mi verso se compara, a ruiseñores castos,
de sombras en amores, perfumes y alabastros,
tu coralina boca, incendia bosques vastos
tan crudos de inocencia, pulidos en mis astros…

3

Ignoto sopla el arte, el brillo de mi alma
no lo esconde el cuerpo, lo roba Filomela:
mi verso se prepara, las aguas de mi calma,
embisten con las calmas, desnuda mi acuarela…
De tu desnudo el arte, confiere la cautela,
expande mi silencio, aborda mi hospedaje,
son fintas de mi claro, son claras en ropaje
mis rimas en tus manos, mis ojos, tu tutela…

Tu frenesí me copia, los lirios encubiertos,
y flamas, mi delirio, encienden albas mudas
que vuelven elocuencia, altivas y desnudas,
los rastros del azor, cuando imperan descubiertos…
Me arrojas las virtudes en las alas:
mi vuelo es bandada, y flechas áridas,
sobre un desierto de mi lid, mis sombras malas
no descubren otra miel, tus risas cálidas…

Escondes el sosiego de tu arrullo,
mi demencia altiva porta tu capullo…

Alejandro Rodrigo Flagel