Es el encanto
Poesía en homenaje al 400 años conmemorativo, del fallecimiento de William Shakespeare
Es el encanto (1)
Es el encanto, mi ardor, mi flor que arrecia,
mi amor por degustar, mi flor, Lucrecia.
Agrava el lienzo, mi trunco ardor no esboza
gentil sosiego, y espurio, no mi glosa…
Ante la luz de una tea que difama,
está el pretil que embauca, y no te ama…
Mi pluma tiñe, y veranos han de darse,
por el casto y el célibe soñarse…
La tëa inflama, el ardor que no derrota
de su amplitud mi huella, desterrada,
ora el mar, ora el cauce de mí enfada,
dura cresta de dolor, contra mí rota…
Aleábase en mi sombra aquél Topacio,
donde declara ruinas mi amor nato
y en ascuas melindrosas, más despacio,
declinan los suspiros de mi ornato…
2
Ante aquél, que como el arte, ya no esboza
las pinturas de mi amor, cuna del cedro,
donde declara mi amor leve, mi desmedro
a congraciarse de mi invento, de mi prosa…
Altruista mi sombra y ya mi pluma,
desde mi encierro, aletarga, sonoroso
ó de tal juicio, mi poema escandaloso,
bate las plumas de un convento, de mi bruma…
Por ti declaro, que mi ciega mente aclara
sobre el verano de mi sombra, de mi cara,
y bate en alas los confines milagrosos,
que de la Tierra sus espacios, se hacen pozos…
Mi brisa apañe lo sedado de mi sueño,
cual garantía de mi paño, de mi adentro,
por donde cantan corazones, vuelta al centro,
de mis doseles y en espumas, de mi empeño…
3
Mis ojos tienen el adorno que tú exornas,
con garantías de tu pleno laurel casto,
ante la luna de mi sueño y de mi abasto
por el declive de las aguas en que entornas…
De mi suspiro no hay tan bello amor, declara
de mi zafiro, a mi brisa macilenta,
por el verdor de mi claro no me inventa
hasta el ofidio de mi luz, mi sombra rära…
Pudo expedirse, la pluma por los lares,
de mi confianza, de mi sombra, y de mi arpegio
entre las sombras, el palacio y mi colegio,
donde te bates en mis horas, y en mis bares…
Muda la sierpe, si no hay vino en la taberna,
casi tu fábula desquicia, y luego tienta
tu soberano, tu ímpetu encuaderna,
la voz requiere, tu alma luego intenta…
…Es el encanto, de las horas inventivas,
tu pluma moja, hasta el sueño, me cautivas…
Alejandro Rodrigo Flagel