Dulce condena 2
Poesía para Meybel!
Dulce condena 2
A mis labios condenó tu rosa, bienamada
el solo aliento de tu voz, tan bienhechora:
de tu sesgada voz, tañe la Aurora,
y en mi silencio fue mi luz, melodía amada…
Sólo te ríes con los colores de la tarde,
mi amor por ti es un eco, un sol que arde
y en mi mirada tañe aún, tañe cobarde
mi boca ruin, que en mi silencio, guarde.
Dulce condena, mi rojo aliento fue la noche
y en mi ribete su compulsa abre la testa
de un suspiro nacarado que me asesta
tu flecha, miel, de mi suspiro a mi fantoche…
Mi ojo no augusto tañe al fin, de tu mirada
en mi cabestro cual fortuna hace mi amante,
de mi suspiro nacarado, mi otro infante
hace la noche, mi suspiro, mi morada…
Mi voz apena sin tu rostro la vendimia
cuyo baluarte a mis despojos hace alarde,
y en mi mirada tañe al fin, mi rudo enfarde
mi sortilegio hace tu boca, noche eximia…
Mi boca al fin, alcanza lo que añoro
perpetua, ruin, entabla ya mi oro,
de lo que al menos, fue mi más mudo tesoro,
palabra ciega, a tu oído, con decoro…
Mi boca al menos, no amedrenta ni se aflige
nevada exige lo que mulle, sin pecado
mis labios quieren de tu boca, lo que he amado
mi voz exige lo perjuro, que me rige…
Mi voz al menos no se riza sin locura
de mi baluarte hace al fin, su contextura
para blandir tu roja mella, rosa oscura
de mi silencio ó de mi boca, mi clausura…
Ojo no amante nace al fin, tu sombra rige
mi boca gime, lo que el silencio me deshoja,
y en mi mudez, mi boca oprime, floja
la desnudez que tu alma bella no me inflige…
No mi prudencia hace cojo mi verano,
de mi panoja, nace al fin tu cielo abierto
de tu desnudo, nace al fin, tu sola mano,
no mi centëlla clama al fin, mi sol despierto…
No fue nevada no la rosa, de tu vientre
la glosa estéril de mi espuma, nace al verte,
de mi suspiro nacarado que me centre
en mi voz queda cual almendro va a su suerte…
Mi sola nieve no me busca sin el arte
desnudo muere, sino al fin, sin no soñarte
ó mi letargo causa al fin mudo baluarte
que en mí confiere las estrellas, mi estandarte…
Sin ti, sin ti mi pena, no alabastro
se desnuda cual las frutas, mudo astro
de mí prendadas, sin ti, sin mi condena
aún extasiada algarabía de mi pena…
Mi roja Circe, mi voluntad bermeja,
hace del estro, mi voluntad perdida
y sobre el pecho de tu voz, a mí rendida
fue de tu rosa, la misma sombra que en mí espeja…
Fuese mi corazón sin ti, tan sólo un mito,
llámese más que amar, mi amor delito.
Mi amor reprende, mi dulce pena,
delito de amar, mi dulce condena…