Sin correspondencia

Y no creo que funcione, me dijo.
Una banca del parque, al cual solía ir a escribir,
fue quien nos unió y empezó a reproducir con vehemencia
una historia tan hermosa,
tan hermosa,
tan hermosa.

Un saludo,
un hola,
un ¿cómo estás?
un ¿cómo te llamas?,
tu nombre, mi nombre
¿de dónde eres?, ¿de dónde soy?
un ¿qué haces por aquí?
Y tú y yo,
yo escribo, tú lees,
yo tan “escribo poemas”,
tú tan “me gusta leer”,
y sensaciones como de mariposas,
cuando me lees y cuando te veo leer,
¿Será destino? ¿Será casualidad?,
¿Una serendipia?,
o ¿simplemente tú y yo congeniando en el mismo lugar?,
donde yo siempre voy,
donde tú siempre vas,
pero que hoy nos tocó ir al mismo tiempo,
¿un café?
¿un desayuno?
cuéntame más sobre ti,
¿cuándo te veo?
¿cuándo nos vemos?
tú sonriéndome y yo tan idiota viéndote,
me dices mañana, pasado o el viernes,
y yo te acepto vernos hasta el 31 de febrero si es posible,
una despedida,
hasta mañana,
hasta pasado,
hasta que te vuelva a ver.

Un hola,
de nuevo un hola,
vayamos al grano y dime quien eres,
¿de dónde eres?, lo que te gusta y te disgusta,
dime
¿cómo es posible?
¿tú, yo, encontrarnos en un mismo lugar?

Días y días pasan, te desconozco menos, te desnudo el alma,
me desnudas, me despojas de todo lo que oculto y reprimo,
te inmiscuyes tan a fondo de lo que no sabes de mí,
y yo y tú, nos damos un baile de conocimiento hacia el otro ser.
Desayunos,
almuerzos,
cenas,
salidas,
entradas,
películas,
y un “te extraño”,
y un “te quiero”,
y un “te quiero mucho”.

No hay día en que no pueda verte,
aún por mensajes de texto te extraño,
aún por video llamadas o por redes sociales,
y carajo no te siento igual,
y te quiero,
y me siento afortunado,
te deseo,
¡te deseo, te deseo!
y tú pareces irte,
desvanecerte por el horizonte,
y te quiero,
y tú también me quieres,
aunque ya no lo parezca.

Es hoy, es hoy, me repito,
tanto esperé para poder ser algo tuyo
más que una amistad,
no puedo evitar sentir algo más,
siento que no sólo quiero ser de abrazos,
ni de golpes, ni de caricias
ni de insultarnos, ni de jugar
ni de pelearnos
o mandarnos a la mierda para luego volver…

siento que quiero tus labios con los míos,
tus ojos con los míos,
que me respires,
y yo a ti,
que tu cabello se enrede en mis dedos y un susurro tuyo acompañado de un
¡Te quiero!
Y cuando se nos desborde el amor me grites que me amas,
y yo también.
Sé mía, como nadie podría serlo.
Mariposas en el estómago,
retorcijones,
llanto,
lágrimas,
nerviosismo,
me pongo rojo,
una catarata de alegría,
una inundación de éxtasis
y tú me respondes…
No creo que funcione, seamos amigos.
¡Al carajo el amor!