Amor surrealista

Créame loco sólo por verla
sin cuerpo y sólo con cabeza,
por ver unos brillantes ojos
como proyectiles hacia los míos.

Unos labios que me recuerdan
al suspiro del viento en madrugada.

La veo volar sobre edificios grises
al son de una bandada de pájaros
dirigiéndose al sur.

La veo blanca, iluminándome,
redonda y con manchas,
persiguiéndome en mi caminar
de una fría pero hermosa noche.

Su belleza intrínseca
¡Oh, su belleza!

Admiro su forma de escucharme
como si mi voz recorriera sus venas,
sobretodo admiro cuando
me habla con sus pupilas.

...

Íbamos caminando tomados
de la mano por un adentrado bosque,
habían naipes gigantes, marchando
como soldados...
Un señor con armadura y caballo
junto a su compañero en burro,
le preguntamos sobre un lugar
y dijo llamarse Alonso Quijano, el bueno;
mencionaba monstruos...
debía estar loco.

Continué mi camino junto a mi
amada, que por cierto brillaba...
¡Resplandecía!, era hermosa.

Tomamos el camino amarillo
¡Cuántas sorpresas tenía!
en nuestro marchar vimos un lobo
disfrazado de abuela; una niña
junto a un león, un hombre de metal
y un hombre de paja.

Todo ello tan hermoso y mágico para ella,
su sonrisa irradiaba bienestar.
¡Qué sonrisa!

Sinceramente la amaba...
la amaba mientras dejaba
que el despertador sonara.