Una octava real y ocho sonetos.

AAmparito, enciendes presuntuosa

m mi llama de amor, que escondido,

p parece, la estrella, caprichosa,

aa lzando al sol en su propio nido;

rriendo, beso tus labios de Diosa,

i ingenua caricia de un sentido,

t toco suave la cintura leve...

oo igo así, el amor ¡Que siempre tuve!

TU ERES MI INSPIRACIÓN DIVINA

UNA OCTAVA REAL Y OCHO SONETOS

A: mi musa y maestra

Amparito De León Barrios

.

Amparito, enciendes presuntuosa
mi llama de amor, que escondido,
parece, la estrella, caprichosa,
alzando al sol en su propio nido;
riendo, beso tus labios de Diosa,
ingenua caricia de un sentido,
toco suave la cintura leve...
oigo así, el amor ¡Que siempre tuve!

I : “DULCE ILUSIÓN”

Amparito, enciendes presuntuosa,

la ilusión dulce de juventud,

divino hechizo, que en plenitud,

dentro de mi corazón, reposa

En el abrazo de un sentimiento,

que arrulla la dicha anticipada,

un suspiro tierno, en la escapada,

quiere eclipsar, mi albo pensamiento.

Eras mi resumen de universo

do mi personalidad oía,

canto a Orfeo, en un solo verso

secretos míos ¡yo la sabía!

Hesiodo imaginaba en reverso.

pues se que desde antes te quería.

II: “Tú, ya eras mi destino”

Mi llama del amor, que escondido

en el pabilo de mis suspiros,

que junta a seres predestinados,

hasta que nacemos , de un latido.

Grande fue mi dicha al conocerte,

mi pecho feliz acobijaba

al cupido loco que esperaba,

flechar sagaz al sol , solo al verte.

Con dulce amor, enzarcé un rosario,

Amparito, eres tú, melodía

que con tu nombre forma un santuario.

Feliz realidad, fantasía:

Cómo mujer es mi sagrario…

¡antes de mirarla ... la quería!

III : "Soñando despierto"

Parece la estrella caprichosa

que a paso breve -quedo- se acerca,

y con su mano, el sendero marca

puntos cardinales sigilosa.

Dije despierto que la soñaba,

ausculté su estatua, sus sentidos,

el cielo desborda sus latidos,

mientras castamente se insinuaba.

Invisible, el amor nos retrata

en la iglesia de Santa Lucía,

Testigo ciego, ella, yo profeta.

¡la besé con fe! -nada decía-

al mirar sus ojos... se delata.

antes de responder ...¡Me quería!

IV: "Eres una estrella"

Alzando al sol, en su propio nido

el sol, ríe, juega, con las estrellas.

corro, audaz tomo, cada una de ellas...

las otras en el mar se han perdido.

Tu púber rostro inspira al soneto,

cual cuerpo que inspira la pasión,

tu nombre, música de canción,

tu caminar para el río un reto.

Verte reír es como oír la misa;

la transparencia de mediodía;

misterio que tu mirada oficia.

Reloj de su corazón oía,

la pensativa joya que avisa

cariñosa, que ya me quería.

V: Divina Petición

Riendo, beso tus labios de Diosa,

con néctar a Dios pido tu mano,

linfa cristalina, en galo trono,

castidad visible, olor de rosa.

En ti la primavera nació,

se llenó de luz la noche oscura,

de doncellas la más casta y pura,

cielo y mar, al rey estremeció.

Dos en uno la amada me arrastra,

y así nació, lo que ya existía

ella es, de mística, mi maestra.

Hambre de encarnación padecía

desnudo el pensamiento demuestra,

que con amor ciego la quería.

VI: “ Nuestra Ilusión”

Ingenua caricia de un sentido

fruto, de compartida ilusión,

cielo que se baña de canción,

pues viene vestida de cupido.

Nuestro amor, llenó la seguidilla,

y cada hijo es uno de sus versos,

esencia bendita con sus besos,

penetrando la noche sombrilla.

Fiel amante, amiga, casta esposa:

tu vientre preciosa trilogía;

sin egoísmo, celo, virtuosa.

Aldeanita hecha reina un día,

cantando, me dijiste, "te quiero"

-yo no expresé nada- ¡Te quería!

VII: "Yo te amo"

Toco suave, la cintura leve,

me conforta presionar tu talle,

el claro río que cruza el valle,

o un chopo que de su arroyo bebe.

Te amo, por sencilla, por sensible,

amo tu sonrisa franca, errante,

amo tu constancia, tu horizonte,

tu gentil mano casta, invencible.

Te amo, porque tú nunca desmayas,

aunque sientas que nada varía,,

¡porque induces fe por donde vallas!

Infinito amor, que nos unía,

cubierto en cónclaves amarillas,

realidad: "ya antes te quería"

VIII: "Realidad"

Oigo así, el amor, ¡qué siempre tuve"

cual pájaro audaz en raudo vuelo,

que osa llegar, sin alas al cielo

y siente, tu amor, en una nube.

Tú eres linfa que apaga mi sed,

mi lira de silbos amorosos,

aroma de campos nemorosos,

verde hoja que vuela a su merced.

Hoy te adoro más, más que una hermana,

adoro hoyuelos en tu mejilla,

hipsípila, el crepé te engalana.

La vida su amor nunca varía,

sin ostentar, vanidad humana;

"Ella me quiere”... ¡Yo la quería!.

.

.

Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano

“Hombre de Maíz, 2009” Guatemala, C.A.

Premio Mundial a la Trayectoria, 2011-SELAE, Italia,

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Impresionante obra, muda me he quedado. Grata lectura. Saludos.

Critica: 
Rafael Mérida Cruz-Lascano

Agradezco la visita, Acnamala. El aprecio a mis letras y el comentario.

Critica: 
JAIME REYES(JAIME REGAL)

sencillamente bellos tus versos poeta, un gusto. saludos fraternos.

Critica: 
Rafael Mérida Cruz-Lascano

Gtacias, Jaime Regal. Agradezco la visita, El aprecio a mis letras y el comentario.

Critica: 
Osler Detourniel

Grandiosa obra manifestada con mucho arte y conocimiento.Saludos cordiales

Critica: 
Rafael Mérida Cruz-Lascano

Gracias, Elloco. Agradezco la visita, El aprecio a mis letras y el comentario.

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