Réquiem para Leopoldo (LMP in memoriam).

poema de Erasmo

Ah...
Leopoldo,
no veías el cielo sino un aluvión
de soldados borrachos vomitando
escarchas sobre la luna roja,
y te reías
de la colérica madre,
y de los hermanos tontos,
cada vez que podías
con tu locura estridente.

Ah...
Leopoldo,
¿cómo fueron los vértigos
que te invadieron luego
de mil tragos de whisky,
o luego del hachís,
o después del orgasmo
con que preñabas a los soles?

Ah...Leopoldo,
tantas cosas,
tantos besos,
y tu figura reinante
en donde pose la mirada,
y tu verso perturbado,
en donde truene el silencio.

Ah...
Lepoldo,
habitante de la tierra del nunca jamás,
no le dijiste a Wendy tu coraje,
ni a Garfio sobre tu señuelo de poesía,
pero Peter Pan sabía de tus planes
y caviló en tu almohada enfebrecida.