Lepanto (extracto de poema largo).

I.
Furia que conduce a las aguas macabras
trayendo al sol esta nueva batalla.

Furia que desdice a las horas no natas.

¿Por qué bajaremos entonces a tierra?

Cabeza de metal, hombros otoñales de la muerte,
dándole a los ojos un trueno de chapoteos
entre la neblina.

Quizá el amor, que no existe, el amor
que no vierte su polen
en este mar rojo.

II.
A través del tiempo, y el espacio.

Las espadas danzan y se hunden en carnes
ya rancias.

Las cabezas ruedan,
los brazos ya faltan en el torso, y la respiración se hace ilusoria.

Dando fin
al hálito que nos convoca aquí, sin piedad alguna.

III.
¡Oh creación de los dioses insensibles!

¡Vida que ha cegado a otras y seguimos
hollando el pavor de los rencores!

Alquitrán que se ha quedado en la demencia de la lucha.

Huyendo en las inmundas osamentas.

Huyendo en las postreras simetrías (...).