Jesús Quintero.

Si hay algo que le molesta,
al ignorante confeso,
es que justo le digan eso,
con dureza y causa puesta.

No le gusta que lo tilden,
de lo que ciertamente muestra,
sin cultura y sin la vuestra,
y tiene un gran linaje y su soberbia.

Entonces él se atrevió,
a decirlo sin ambages,
a nombrar lo que patente,
se veía en el televidente,
y el aire se le negó.

Se le apagaron las luces,
el estudio se marchó,
y festejaron los tontos,
que al mensajero callaron,
y se sintieron saneados,
con silencio y censura,
volvió la tele basura,
y otra vez se contentaron.