Ucranias, ucronías, el vino peleón y una ficha de dominó perdida entre el pasto seco

poema de Alastor

Juan Ramón acostumbra a dar un sorbito de su vaso de tinto cada dos rondas de una partida de dominó vespertino. Aunque claro, cuando uno no tiene nada para soltar una y otra vez agarra su dichoso elixir, como cuando aún persiste el otoño desnudo con su pudor inocente encerrado en un pájaro remontando la tarde con pies de roble desde vuelo raso hasta las seis marmóreas más acampanadas de la tarde, aletea dos veces, tal vez tres, engarza su vaso hasta ser soplado por la impuntual brisa sureña y vamos, espabila que te vuelve a tocar… viejo. Él no acostumbra a jugar, so pretexto de no tener amigos lo suficientemente cristianos para sentirse uno más feliz habiendo perdido lo apostado que ganándolo. El verdadero jugador disfruta apostando porque disfruta perdiendo, sea como sea, es así. Juan Ramón se esfuerza pero todo tiene un límite. Además-5/4, 4/2, 4/3, 1/1, 1/5, 2/4, 3/3- ¿42? ¿Qué me querrán decir el azar y los números? Así es, los números le obligan a pensar demasiado y el vino a soportar ese sufrimiento. Uno hace cualquier cosa por sentirse imprescindible.
Son las consecuencias de no ser el más joven, tampoco el mayor ni mucho menos, de entre los colegas los hay demasiado pulgosos, los hay demasiado limpios e inexpertos con tendencias al atajo o al whisky doble, los hay endeudados con tres coches en el garaje y sin carnet de conducir, los hay avaros como las nubes que pasan de madrugada, los hay con el cerebro quemado como la tierra agrietada que duerme indolente y no despierta y no ojos y no boca. Y también, por supuesto: Los Hay.
La naturaleza humana es de lo más previsible. Y la mayoría lo saben, como Juanra. Si el de enfrente se enciende dos filtros de diablo en una mano del juego… Es fácil pensar que algo trama. Pero en realidad Juanra puede estar tranquilo. La suerte está a su derecha. Está rodeado. Tiene mucho que perder. El de su izquierda, al igual que Juanra, se muestra indiferente pero la diferencia entre ambos converge en que Juanra bebe y él no. Así pues Juanra es diferente. Tiene mucho menos que perder. La verdadera conciencia ibérica siempre acaba en tablas con la vida. Encierra los restos de su aceituna en una servilleta que supura sinceridad, sabiduría, de blanco a morado, y el cielo le persigue y sus ojos son el cielo esperando que le llegue el turno para que de una vez por todas tan solo le reste en su haber una sola ficha con la que juguetear sobre el cristal de la mesa como si de una peonza se tratase, una peonza simétrica, un tres doble desdoblándose de amor por unos dedos sin la más remota intención de consumir su destino pues no habrá ni ahora ni nunca un tres libre en el laberinto donde proponer una salida despreocupada hacia ningún sitio. La ficha es feliz. En cambio, el idiota de enfrente manosea sus pequeños individuos de marfil con vomitivo nerviosismo, impregnándolos de grasa y nicotina, envejeciendo la eternidad como un adolescente leyéndole a su novia de seis miserables meses un relato de buckowski, y un pez agoniza a la orilla del mar muerto, un pez alienígena con la capacidad de llorar-demasiado extraterrestre para ser cierto-.
Entonces gana. El premio es una mierda redonda. Si la miras de perfil te recuerda a Alfred Hitchcok esperando ser pisado por uno de esos idiotas que creen que por correr los 100 metros lisos con sus zapatillas de anti-metal en menos de 10 segundos se les puede llamar superhombres-con cuatro años de voluntad de poder y diez segundos de mortal desesperación eterna sin éter y sin ná-desde el palco presidencial y se me cae la lagrimica porque me ha entrado humo en el ojo y me he perdido la carrera. Hombres. Cuatro años para llegar a las olimpiadas, correr dos segundos y sufrir un tirón muscular porque una rubia no para de mirarte el paquete… Yo a veces llego a preocuparme por mis múltiples adicciones pero carajo, espero que esas personas hayan hecho algo más con su vida.
Entonces gana. No, Juanra no. No, el hombre intranquilo tampoco, el de su derecha. Al de su izquierda ni caso, se aburre, el pobre apuntaba a atleta.
Ahora cuando Juanra pide otro chato de tinto para comer el pasto seco que revolotea sobre la mesa, con sus avellanas, anacardos, almendras, etcétera. Y al coger un puñado saca el 2/2 que todo el mundo pensaba estaba en manos grasientas y trémulas. Así es, los engañó a todos. Pero la materia ni se crea ni se destruye. Y siendo un idiota es difícil transformarla, así que lo mejor es barrer lo más rápido posible, esperar las fatigas espirituales de los compañeros y ocultar la mierda bajo la alfombra del destino que escupe y escupe y no se cansa, la memoria no se cansa.
Claro, era ésta la última mano de la tarde, y Juanra que llevaba unos cuantos vinos y demasiados números, viendo que los ánimos por repetir la mano volaron como la dignidad faraónica del tramposo con el culo al aire en pleno invierno, y cuenta que requetecuenta y sigue y sigue, aquí iría el tres tuyo, ahora él pasa turno, tú también, yo pongo esto, tu aquello, ahora coloca el tabú que se vea bien grande hasta aborrecerlo pim pam… me he perdido, como un caracol, en línea recta.
Cuando la única cabeza pensante del grupo se pierde en sus cálculos, hay dinero de por medio y pocas ganas de ganárselo con decencia, las miradas van al suelo, las manos a la mesa, los cerebros son un cine porno de los 50 y tú, que aún no sabes lo que vas a hacer con esa cara en el paraíso, más encerrado que Ucrania, perdida como una tortuguita en una pecera de diez por diez, cerrada, hermética, en un océano de horizonte diagonal.
Pero nada más podría haber ocurrido. Nada. Todo es irremediable como el defecar puro y magno, y augusto como ninguno. Porque hace millones de años viajó en el tiempo un monje tibetano y cogió semillas de un arbusto hoy extinto en Ucrania, para plantarlas en la soledad de su balcón, desde donde el mundo puede ser maravilloso y uno es capaz de escribir libros sin sujetos sujetos ni predicados predicados, libros sobre posibilidades inciertas del alma; donde el espíritu se curó atemporalmente y no te venden su imagen a cinco euros el litro, frente al espejo, tatuada una esvástica en cada testículo: hoy todo arderá, dijo el presidente, todos asintieron, su hijo aún puede ir a la escuela pero suspende, su mujer aún puede ser hermosa pero prefiere prostitutas, y lo peor de todo, yo también las prefiero, sobre todo cuando son ordenadas y antes de sacar el preservativo se desnudan, y antes de desnudarse hablan, y antes de hablar piensan porque existen y no llaman a la puerta porque yo las espero con el presidente fumando el último de la noche, mientras todo arde, como fuegos de artificio en una pantalla de setecientasmil pulgadas capaz de soportar un holocausto nuclear, para que las ratas y las cucarachas no se aburran lo suficiente como para dejar que el hombre vuelva a poner sus malditos pies sobre la tierra, sentados en sus confortables sillones absorbiendo miles y miles de datos en sus circuninvoluciones, viendo como sus vecinos del tercero están a su vez sentados, multimilimitados, como una ola radioactiva desintegra a su vecino sentado en el mismo sillón, en el mismo punto cardinal, y ellos siguen sentados, y el 2/2 sigue escondido en el pasto seco, sin partidas pendientes pero todo por decidir. Algunos dicen que esto es lo natural. Otros creen en Dios. Otros somos YO. Qué importa. Todo esto pasó ayer, si lo lees hoy piensa que la desinformación es una clara ventaja, pasa a ser ficción barata, por algo se empieza.
Jesús anduvo sobre las aguas, y las convirtió en sangre, más o menos estamos hablando de lo mismo. Un invierno sangriento, un poco ortodoxo, pero valió la pena, al fin y al cabo el jugador prefiere perder, el jugador no es competitivo, ni ambicioso, ese es el fracasado. Ese eres tú.
-Ciao bella-

Comentarios & Opiniones

geniodulce2013

Apreciado Alastor ya me estaba haciendo falta sus versooooooooosos extensos y reflexivos, con una magistral narrativa de una realidad que afecta regiones personas emociones pensamientos ideologías vaya amigo alastor tienes mucho que decirnos un abr

Critica: 
Matias Berner

Buena técnica de prosa poética, subrrealismo bien llevado, observaciones vivaces de la realidad y hay creatividad.

Critica: 
adfhjk

Me gusta tu pluma pero como consejo, el titulo demaciado largo y la musicalidad se crea por lineas, sobrecargas tus lineas y no es grato a la vista leer cuando la plantilla esta congestiana, de todos modos me gusto mucho, Saludos de amistad.

Critica: 
Yan

Maravillosa obra mi querido Alastor. Aplaudo tu pluma. me encantó. Besos con cariño.

Critica: 
Alastor

Saludos amigos, gracias por su cariño, por saus apreciaciones sutiles y sus consejos, les deseo a los cuatro felicidad y bienestar. Sigan disfrutando del arte. Un abrazo.

Critica: