Creo

poema de Alan

Creo en el amor, en la cursilería que vive en él y las demostraciones que de él nacen.
Creo en la poesía que se crea en el momento lujurioso, pecando entre dos y haciendo del momento algo hermoso.

Creo en las distintas formas de amar, en el éxtasis y el frenesí de los cuerpos rozando entre sí, dejando a la vista el fuego de la pasión que hay entre dos, sin necesidad de reproducción o de obtener algo a favor.

Creo en los momentos, en lo efímero de la vida. Verla de lejos, sentirla como expira y vuela libre al momento de nuestra partida.

Creo en la elección, en elegir que quiero y que me hace mejor. En la libertad de decidir y ser libre de vivir, experimentar, correr, llorar o reír, cantar o simplemente sonreír.

Creo en las personas, en la ingenuidad de los niños y su imaginación para transformar nuestro mundo haciéndolo más feliz. Su pureza, gentileza y amor que nos hacen sentir en descontrol, desbordándonos de pasión por verlos crecer, alcanzar sus sueños, o simplemente dar su primer paso al mundo externo y encontrar el amor.

Creo en las oraciones, en la religión en todas sus formas, aprender que cada uno cree en Dios, o sus santos, pero que todos somos libres de adorar como queramos.
Creo en Dios como ser absoluto, el creador de todo, que nos ama y nos hace salir adelante cuando más lo necesitamos.

Creo en los milisegundos, esos donde la vida pasa delante de ti como si fuera la última vez que la vieras, o las miradas que cruzas con alguien que amas, o que simplemente te atrae mientras caminan en diferentes calles, vidas o pensamientos psicóticos que tu mente genera para que te sientas en calma.

Creo en los deseos, esos que se piden a las estrellas fugaces o las velas que soplas en el día de tu cumpleaños frente a tus familiares.
Creo en la magia, esa que desprenden los niños en sus miradas, la que generan dos cuerpos en una cama, la que se crea en una comida familiar o en el abrazo de la Nana.

Creo en los “Cuidate” de Papá, en los “Abrigate” de Mamá, en el “Bendiciones” de la Abuela, en los “Te Quiero” de mis hermanos, en los “Que grande que estas” de los conocidos de mis papás, en los “Como pasa el tiempo” de mis tíos, en los “Como te amo chabón” de mis mejores amigas.
Creo en las personas y es algo tan lindo, porque sé que van y vienen, pero cada una te marca de tal forma que te enseña algo que no vas a olvidar nunca, y eso es lo lindo, aprender, darse la cabeza contra la pared, pero alcanzar la felicidad con fundamentos para demostrar que no fue fácil llegar y todo aquel que quiere lo puede alcanzar.