Cuarenta días
Cuarenta días en el desierto,
la arena quema, los pies caminan,
en medio de un ayuno incierto,
llevando a cuestas la humana fatiga.
Cuarenta días entre grandes dunas,
días de abandono y de vigilia
en los que asalta el miedo, la duda,
o quizás renace la esencia divina.
Cuarenta días en infinitas arenas,
los pensamientos la mente dominan,
la búsqueda interna es la gran faena
y el despertar de la conciencia dormida.
Cuarenta días en yermo terreno,
meditabundo, sopesando la vida,
escudriñando los propios recuerdos,
en perfecta quietud y armonía.
Cuarenta días en campos marrones,
la voluntad del espíritu, como único guía,
frente a testigos invisibles o semidioses,
dispuestos a tentar en singular cofradía.
Cuarenta días en el vasto silencio,
el alma descubierta al fin agoniza,
el velo rasgado por el ser supremo,
y el espíritu liberado con gran osadía.
Cuarenta días y cuarenta noches,
llegó la victoria dictada hace tiempo,
una energía renovada en el horizonte,
el nuevo avatar venció en el desierto.
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Bonito poema, felicidades. Saludos desde Merida Venezuela.
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