Odio las noches grises y las mañanas frías, ya no hay pan ni leche en el refri, odio que entre tanta luz al cuarto, odio ese pequeño ruido de la tele aún estando apagada, odio no haber despertado a tu lado con un beso de buenos días, ni el recuerdo de tus caricias de media noche, odio el té de la estufa y el te extraño de mi corazón.

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