Seco

poema de Adrián

Releo viejos textos
en busca de la chispa
que prenda la mecha
de mi dinamita mental
y lo que encuentro en el camino
que hago recorrer
a mis globos oculares
no roza siquiera
la vulgaridad,
no hallo nada original,
todo es trillado,
manido,
ordinario.
La revelación que esperaba
acaba siendo una centella
ahogada en un profundo charco
de abulia e insignificancia,
si cabe,
me deja aún más seco
que antes.
Entonces comprendo
que mirar atrás
es viajar
hacia un mediocre
hedor añejo
que incluso estando
muerto y soterrado
tiene la capacidad
de levantarse
y escupirte en la cara.
Mirar atrás es revolcarse
en la propia mierda
y como un cerdo idiota,
cuya alma vive destinada
a terminar troceada
en el matadero,
disfrutar de ello.
No hay ninguna diferencia
entre este escrito
y aquellos otros,
cumplieron su función
meramente instintiva
y hoy descansan en paz
en un infinito y solitario
velorio virtual.

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