Azul añil

poema de Félix

Azul Añil

Te dije ayer, que las ballenas silenciosas se arman de ti
y andan hacia mí, me miran con más alma que con inercia.
Te digo hoy que eres estanque acompañado de garzas cabizbajas.
Te susurro, que eres sol añil que asolea mi espalda
y saca pecas tras el hombro.
Saturado, irritado, irracional, humano y divino.

Recuerdo que abres vainas de vainilla con vigilia
y nobleza, atiborrandome las narices, haciéndome
lentamente recobrar la costumbre de estar y no estar.

Me gusta como apareces en forma de sarpullido
en los caracoles.
Levanto la mirada llegando a un astro que me grita
la distancia que nos olvida.
Azul añil, mirada febril que dura lo que una ola.
Azul añil, ánima en condena, sin norte ni razón.
No te me vayas a desaparecer, diluir o sustraer.
Me cuesta tu mezcla y mantenerte en pie.