AMANTES (POEMA 44)

AMANTES

Sería tan fácil amarla, sería tan fácil quererla,
sería tan fácil hacerla el objetivo de mi vida
y enamorarse de esos besos robados, esos besos apasionados.

Sería tan fácil enamorarse perdidamente del brillo de sus ojos,
de su suave forma de ser, de su manera de caminar,
de su cuerpo y la magia de su sonrisa.

Podría pintarla de memoria entre mis emociones,
podría pintarla en el aire, el reflejo de su mirada.
Somos dos corazones enamorados, tomados de la mano,
en un atardecer cualquiera, un hermoso atardecer.

Fuimos amantes, hubiese querido ser algo más,
es solo a ella, a quién mis manos desean tocar,
a quién mis ojos desean mirar, mirar embelesado.
La amo tanto que lo nuestro no puede ser pecado,
surge de lo más hondo de mi corazón enamorado.

Mi corazón abrazaba el deseo de poseerla,
abrazaba el deseo de vivir aquel instante.
La deseaba y ella también me deseaba,
la disfrutaba y ella también me disfrutaba, fue muy hermoso.
Fuimos juntos un ardiente atardecer, un bello atardecer.

Ella buscaba tomar mis manos para acariciarlas,
yo buscaba tomar su cuerpo para tocar su piel,
ella buscaba mis besos, yo buscaba el dulce rocío de su boca.
La buscaba entre las estrellas del cielo, en la belleza del mar.

No hace falta el infierno para que el fuego me alcance,
no hace falta sus embrujos para estar preso en su red.
No hace falta de sus encantos para estar atrapado en su bella manera de ser.

El viento me trae su nombre,
el viento como un loco expresa lo que siento,
es el refugio donde sus besos me alcanzan,
brotan de lo más hondo de mi corazón enamorado.
Sus besos son un regalo de Dios para mi boca.