¡Qué bello mirarnos!

Único y primer amor
lo manifiesta el ánima,
lo indica el corazón
que estoy ilusionada,
y... cómo no sentirlo
si tengo tu mirada,
tu sonrisa perenne, enamorada,
y la esperanza de bellas palabras.

Tardes de verano juntos,
jugando, hablando, mirándonos,
sentarme siempre a tu lado
me inunda el alma de gozo,
vernos, qué bello mirarnos
con los ojos brillantes, profundos,
tiernos, cariñosos, dicen te amo
en el silencio del alboroto
de amigos, de amigas conversando.

No hay mayor amor
que el tuyo y el mío
en silencio dado.
Nuevo acercamiento,
nos tocamos con miedo
por temor a quemarnos.

¿Quién inicia el juego del “te amo”?
¿Por qué únicamente nos miramos,
si lo ansiamos, lo necesitamos?
¿Quién lo dice? ¿Temor al rechazo?
No, miedo a gélidos comentarios,
a prohibir el estar enlazados,
y los dos nos seguimos pensando.

Llega rauda la noche
y no podemos vernos,
el juego del “te amo”
se diluye, se acaba,
se terminó su tiempo,
te acercas y me acerco
y decimos acordes:
te deseo, te quiero.

María Cruz Pérez Moreno - acnamalaS
Derechos de autor reservados.
29/10/2015 Madrid. España.