Imbuido en la noche

poema de Acero etereo

A mordiscones el sol
Se come el día
Y nace la Luna
Presente y altiva.

Dispuestos señores
Aceptadla
eterna y vacía.

Saltan las estrellas al
Marino cielo
Y en ellas veo cosas
Que no comprendo.

Se desnuda el viento
De a gotas
a puro aliento
Y mece el nacimiento
De un suspenso
Tan tenso
Que rezó mi último aliento.

Nuda mi calma
Al beso del encierro,
Pues sino escapa,
Y teje a mis espaldas
Mi propio entierro.
De lápidas y huesos.

De desvelos.
De deberes no echos.
Devoluciones del pleito.
De dejar devolver
A todo lo que alguna vez
Fue deshecho.