Jornada

Me siento en el borde de mi mundo, de niño era dentro de un barco persiguiendo al sol para que nunca fuera de noche, hoy mi realidad es una azotea deteriorada por el tiempo, un árbol de zapote y la vista de una pirámide inconclusa.
Contemplo como cada mañana el horizonte personal, lejos del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl,
Lejos de mi memoria misma
Es como una canción eterna, la vida, o al menos eso dijo, fue como verme de niño, asustado por el cambio natural, reprimido por el miedo familiar,
así me senté a su izquierda
Y así contemplamos la luna y el sol una y otra vez hasta llegar al eclipse y notar las formas de oscuridad y luz en ambas partes del mundo,
Andábamos en bicicletas y por fin podíamos salir a la calle a jugar.
Conquistamos juntos a nuestro peor enemigo, todo para no repetir el mismo error.
Consideremos el hecho de la gran escuela de la vida, consumimos nuestro ego en un país agonizante, al borde del suicidó.
Fue la causa de siempre preguntar por que, entender la situación de nuestra realidad.
Como escribo de algo hermoso si solo veo como las mujeres desaparecen para no saber nada de ellas, como poder intentar siquiera pensar en el amor eterno cuando el mundo nos demuestra de lo que esta hecho, cobardes inhumanos, nos esclavizaron dándonos la libertad.
Y yo no busco una torre que llegue hasta el cielo, busco mi canción eterna que hace unos años tuve que cambiar y al presentarme drogado no supe cual elegir.
Busco justicia en el mundo aunque se que no puedo gritar, la impotencia de mis huesos es lo que me hace temblar,
Busco a una amiga o una hija con quien pelear, busco a mi hermana o una madre que no supo regresar, te busco amada esposa, te busco mi fiel compañera, una a una esas voces estallan en el ambiente de esta corrupta contaminación.
Ya no se ni lo que digo, al final de la dura y mal pagada jornada vuelvo a los grilletes de una sociedad conquistada, que puede ser asesinada por querer ser escuchada.