1492

poema de Adad Velez

1492
Los pueblos invadidos por la peste civilizada lucen artificiales con sus arterias de cemento, como dentaduras postizas. Las calles ya no sonríen al paisaje como en la era de la piedra y el polvo. En estos elementos latían historias de generaciones, sueños de eternidad. Eran caminos, no autopistas. Los caminos fueron siempre de hombres, para hombres que al vivir dejaban al pasar una huella imborrable, un destino.....

Estábamos en la espesura
a lo lejos no eran 3, eran una infinitud de calaveras
todo el mar se revolvía como oscura profecía
los habitantes de la selva temían lo dicho
callaban entre sí lo visto
la muerte se arremolinaba en las galeras
el oro sucumbía ante la codicia,
frágil mineral
hechizo dorado,
barbudas y blancas figuras semejantes a espectros
entonces al amanecer
después de que éramos Dioses
ya éramos esclavos
se llevaron el oro
y nos consolaron con medallas de lata,
ahora quien podrá dar una esperanza a la tribu.
Adad Vélez