Licantropía.

poema de Infinito

Entiendo ahora que no es la luna quien nos cambia, es algo más fuerte que una fase de este bello satélite, es algo infernal, que surge del centro de la tierra o tal vez del centro del alma.
Es una increíble y desesperante adicción, que consume por dentro cada rincón de nuestro espíritu y nos lleva al frenesí, a la locura desbocada, esa que impulsa el ser a atacar y despedazar ese otro cuerpo, con garras que arrancan la piel a su paso, músculos que uno sobre otro, lastiman, hieren y en todo momento queman.
Se siente sudor y desaparece el resto de la habitación, se enceguece y no hay pensamientos, se vacía la mirada hasta quedar fría y entre gritos salvajes de placer, se disfruta de la embestida entre estos seres feroces que sólo responden a su instinto animal y se atacan hasta que uno de los dos pierde el sentido y termina con la incesable lucha de indómitos hombres que en bestias se han convertido.