GABRIELA

poema de martinH

Dos noches y sus solsticios
rodeé tu cintura, temblando del
corazón y de los huesos.
Y te rozaba apenas el vestidito claro que
estrenabas, lejana y adorada.
Tus manos ascendían hasta mis hombros
y supe que noches así existían solo a
los trece años y bailando con un sueño.
Era Gabriela tu nombre.
Los sucesivos veranos trajeron encuentros y olvidos,
hilos de pasiones, palabras blandas,
todo lo que llamamos vida.
Hay una carretera que cruza los campos del cielo;
Yo sigo arrodillado en el desierto.