¡Aquellos viejos tiempos!

Viene a mi longeva mente
recuerdos de pubertad,
cuando había seguridad
y la gente era eso: gente.

Pero este mundo presente
en el que estamos viviendo,
se nos está convirtiendo
en un espacio inclemente.

Da igual ser un delincuente
que una persona de honor,
ya no hay sentimiento amor,
¡Lo hacemos! ¡Ya no se siente!

La dignidad está ausente
los valores se han perdido,
el mundo está corrompido
es bizarro ser decente.

Si esto continúa latente
sin conseguir solución,
se cumple la conversión
y la maldad pasa al frente.

Luís Varela Luzardo