TE CONFIESO

Te confieso:
Que no me entiendo,
que no los entiendo,
que no sé qué me pasa,
que no comprendo a los hombres,
ni entiendo el por qué
de sus bárbaras hazañas.

Que mueren y matan en pos
de metas imposibles,
como imposible es:
alcanzar las metas planetarias.

Que persiguen utopías
estelares, sideralias,
donde afirmar su poder
en ignotas zonas estelarias.

Que dejan que el hambre vague
por los estómagos vacíos
de la famélicas infancias.

Que escapen y huyan
los abrazos fraternales
de los que caen heridos
en sus guerras infernales.

No. No me entiendo,
no comprendo,
no sé qué me pasa,
ni por qué permanezco aquí
encerrado en mi casa
buscando fuerza y aliento
para comprender a los hombres
que se olvidan de los hombres
que piden justicia y la reclaman,
tan sólo, - ya ves- con el valor
y la fuerza de sus inútiles palabras.

No comprendo a los hombres.
No. No los entiendo.
No sé qué me pasa.