Tu engaño

Tu engaño

Me
podrás
ser infiel
y seguirme
engañando,
traicionando
lo nuestro hasta
la saciedad, pero
quiero que sepas, ése
engañó no es mio, solo a ti
pertenece, es de tu propiedad.

Es
consecuencia
de tu historia, de
tu vida, de tu génesis
y del entorno en que viste
la luz por
primera
vez,
donde creciste
tan sola sin guía,
sin referencias concretas
de amor y de lealtad,
sola,
inmersa
en esa nube
de infidelidad perenne,
sin un modelo digno y sin
felicidad, que a pesar de los
años que juntos compartimos de
batallas
intensas contra
tanta maldad, que
embate tras embate
todo lo soportamos siempre
con entereza y una gran
probidad, te persigue y
te obliga de manera
inconsciente,
te condena
y te hace
volver
siempre
hacia
atrás, a
repetir la
historia, a
verte en ese
espejo, a reencontrar
tu origen y tu causa raíz,
y a racionalizarlo todo, que
te parezca normal, que los tuyos
lo celebren y les haga decirte:
"tú eres como nosotros,
sigue así, no
vas mal..."

Así te
quieren ver,
eso los tranquiliza,
les reafirma que ellos son
la normalidad,
mostrarte
que te
aceptan, que eres
como ellos y que nunca tus
muestras de superioridad atentarán
contra ellos, sus creencias y
formas, pues verte muy
arriba, diferente y
calmada
en un
estado
mental estable,
equilibrado, los hace
despreciarte, les genera disgusto,
rencor es su respuesta;
sentir que te han perdido
los hace sentir mal.

Porque
en el fondo
Cielo siempre
has desentonado
respecto a ese guión
que la vida te dio, y ese
descuadre obvio, radical y
bendito, a ellos nunca Vida del
todo
les gustó,
nunca lo
comprendieron,
se les hizo que eran
tan sólo pretensiones,
aspavientos foráneos de
una niña egoísta, creída superior,
que
tu discurrir
por años alejada
de ellos, de alguna
forma amor mio que no
puedo explicar, imposibilitó
que aceptaran que fueras diferente,
delicada, exclusiva,
tan única,
especial:
"Tanta perfección
no existe, se piensa
superior, ella es como
nosotros pero nunca
mejor..."

Ese
engañó
es tuyo,
sólo a ti
pertenece
y reconozco
vida que mucho
destruyó, de un amor
que un día creímos perdurable
hasta el fin de los tiempos, hasta
la eternidad.

Tu
traición
si fue un
golpe, puñalada
certera, fría y desgarradora
que nunca anticipé,
y desbarató el
vínculo
fundamental
que existía,
que un día
nos hizo roca
ígnea, pilar, columna
pétrea, fundación impenetrable
imposible quebrantar, porque así es
la confianza cuando hay amor
del bueno, cuando hay
sinceridad, honestidad y
respeto, compromiso
divino, adulta
madurez y
buena
voluntad.

Esa
traición
es tuya,
sólo a ti
pertenece,
pero reconozco
cielo que mucho
me afectó, mi vida
por completo resultó
trastocada, mis planes, mis
conceptos todo lo destrozó,
aunque admito en silencio
que nada pude hacer, ya
todo lo había hecho, todo
a ti lo entregué. Te brindé
amor sincero, mi cariño,
mi hombría, toda mi
capacidad de amar
en ti deposité:
Los hijos,
el hogar, mi
nombre, mi presencia,
mi trabajo, mi tiempo y toda
mi lealtad.

Con
tristeza
concluyo
que toda esa historia
juntos nada en sí significó,
te aburrí hasta el hastío, mi amor
te fastidió, fui capítulo
cerrado, superada
experiencia, y en ese
mismo instante tu amor por mi
acabó, se borraron las vivencias,
la memoria se borró, se borraron los
recuerdos,
todo desapareció.
En mi boca la amargura
y mi roto corazón fueron tu
herencia maldita, tu
legado, tu razón.
Me retiré derrotado,
confundido, desolado, incapaz
de digerir castigo tan inusual,
proveniente de mi Ángel, de
mi Reina, de mi Sol, de la
Madre de mis hijos,
de la Mujer de mis
sueños la que
tanto idolatré,
la que un
día ante
Dios
bendito juré
que siempre
honraría.

Estremecimiento
total tu cambio en mi
generó, fue algo tan repentino,
metamorfosis total, transformación
absoluta, no lo pude asimilar.
Y dejaste de ser tú, poseída te
encontrabas, no lo pude
comprender y por
perdida te dí.

No había nada
que hacer, hablarte
era imposible, más, hacerte
comprender. No entendías mis
palabras, estabas fuera de ti,
absorta, como hipnotizada
y por completo
bloqueada.

Te
decías
enamorada,
transportada a
otro nivel, ni tu esposo
ni tus hijos, tu matrimonio, tu
hogar, ni los años invertidos, ni los
planes, los proyectos, nada valió
en el momento, todo era
secundario, todo era del
pasado, todo ya quedaba
atrás. Para ti nada importaba
excepto tu discurrir, el disfruté sin
medida, ibas ebria de placer, lo
demás ya no contaba era
parte del ayer.

Fue
sólo tuyo
ese engaño, sólo
a ti te pertenece. Supéralo,
madura y crece y permita Dios
que nunca, te arrepientas de
tus actos o decisiones
erróneas, sufras algún
desamor o te sientas
desdichada a
causa de un
mal amor,
una traición o un engaño,
que al cabo son sólo estadios en
nuestra terrenal vida,
alternándose en
secuencia
tristeza
y
felicidad.

Ese engañó
es todo tuyo, todo de tu
propiedad.

JR
Abril, 2017