lo superaremos

Mi mirada se centra sólo en ti
porque eres todo y todo lo
representas, mi comienzo
mi intermedio y mi final,
mi familia, mis hijos,
mis proyectos.
Eres el alfa
y la omega,
eres la
luna,
eres
el sol.

El volver nos impone un.
esfuerzo infinito, colosal. Exige
fuerzas y voluntades que por
momentos exceden
nuestras humanas
capacidades
tan finitas.

¡Cuanta frustración, que congoja!

Pero
recapacito
en un instante y
descubro que no es
nada, que estamos bendecidos,
no hay poder en el mundo
terrenal que pueda alterar
el rumbo ya trazado por
el gran Hacedor que en
su momento, decidió
que nuestro amor
y entendimiento,
contra viento y
marea y sin
demora,
a feliz
puerto
llegaran tras
cursar el dispuesto
recorrido en su derrota.

Nuestro
punto de
equilibrio si
ha cambiado,
nuestro esfuerzo
por volver lo escenifica,
nuestro pasado feliz ahora
es presente luchando por vencer
lo contingente,
por superar tantas
barreras y prejuicios, artificios,
posiciones e intenciones, de gentes
todas buenas y mejores que nuestra
propia vida y
sacrificios.

Es
paradójico
el hecho inconcebible
del daño y los perjuicios
inminentes, que nos puede
propinar la mucha gente que
queriendo ayudar nos recrimina,
nos acorrala y persigue con su lengua, sin tregua
y sin medida en
sus sentencias,
impulsados quizá
inconscientemente,
por malignas y malsanas
influencias.

Pero saldremos
adelante estoy seguro,
a pesar de las adversidades, las
querellas, los problemas y las malas
energías, la apatía de la gente
y sus blasfemias.

¿Qué puede el mundo opinar si sin
sentido todo ignora y se niega a
comprender, el tropel de
sentimientos y el querer
que nuestros
corazones
albergan
a granel?

Desconocen
nuestro plan, plan
divino que guía desde arriba el
Dios del cielo, que en
su día dispuso que
siguiéramos a
la medida de
su perfecta
voluntad
y
demás designios,
el actual devenir que
confrontamos por su real
gloria sacrosanta.

Tenemos
una asignación
y asignatura que nos
imponen un definido recorrido.
Sólo Dios desde su bondad y su
poderío puede
alterar lo que él mismo
en su infinita magnanimidad y
sabiduría ha establecido.

¿Quién contra nosotros?