Viejos Amigos

Hoy sorprendí a dos
viejos y grandes amigos
conversar en una linda
manana.

Mientras el frío bebía
una taza de café caliente
el viento sacudía el
polvo de sus pies cansados
que por vagar en el tiempo
cayos le hacían.

Acariciándose la barba blanca
el tiempo contaba historias
de su inmortalidad,
el viento sentado sobre una
piedra dormida, entre risas
el tiempo acariciaba el viento,
de pronto el viento exclamo, si
la vida fuera fácil no
tendría que correr tan
aprisa! el tiempo dijo
si yo no existiera no habrían
historias que contar!, con
voz suave y poco pesada hablo
la piedra, el día en que
ustedes nacieron yo también
nací, mi historia es diferente
pues yo extraño el cantor río que
me acariciaba la espalda, ahora
estoy en el olvido, dichoso el
viento que no demuestra la edad,
dichoso el tiempo que todo lo ve.

A lo lejos la vida escucho
la conversación y con
suave voz de jilguero dijo;
dichoso el tiempo que vive
para contar, dichoso el viento
que puede volar y dicha la mía
de poderles acompañar!
mientras la taza de café enfriaba
el astro sol calentaba la manana,
y todos continuaron su destino, el
tiempo colectando historias
el viento besando pastos
la piedra siguió dormida y
la vida, la vida
silbando alegrías.
fin.